Trague saliva, me encontraba en la preparatoria. Todo parecía ir tan rápido, y eso es lo que temía. Mas bien, lo que quería, era inmortalizar el momento en que lo viera. Así fueran unos cortos segundos… Trate de recordar el día de ayer, en ese momento. Pero lo único que obtuve fue que concentrarme en como había llegado ahí: Clarissa. En parte sentía que le debía algo a ella, sino fuese por la desagradable discusión que habíamos tenido, tal vez yo jamás hubiera visto a ese chico.
Baje mi cabeza y vi por enésima vez el atuendo que llevaba puesto, esta vez me había arreglado mas, y aun así no me sentía a gusto.
Me relaje lo mas que pude, saque un libro que llevaba en mi bolso e intente leer. Sinceramente, de las cinco páginas que había leído solo había podido captar dos palabras: amor y traición. Por una extraña razón tuve la vaga idea que viviría eso en mi futuro.
Deje el libro a mi lado izquierdo, justo en la misma banca de ayer. Era mi segundo día, y ya estaba un poco estresada con las tareas.
Empecé a desesperarme, no lo veía, y ya casi era la hora de entrada. No valió la pena haberme despertado temprano para así poder verlo. Mi esfuerzo fue en vano…
Estaba a punto de pararme y largarme de ahí cuando de pronto el salió de la biblioteca… Si hubiese sabido eso. Esta vez también fijo su mirada en mi, ahora ya no estaba la cara de “¿será ella?”, en vez de eso, solo se volteo hacia su destino: la universidad.
Al menos, ya sabia donde lo podía ver. Este colegio es muy grande, y mas cuando es una preparatoria y universidad juntas, pero tan siquiera estaba segura –o eso creía- que podía esperarle aquí todos los días: en la entrada, en el receso e incluso en la salida.
Sonó el timbre de entrada así que corrí hacia el edificio. Olvide por completo al chico, solo pude notar que de nuevo se acercaba al lugar donde había estado sentada…
—¡Jenyfer! ¿Dónde has estado? Te he buscado por todos lados… -reconocí la voz de Anna, casi me estaba gritando estando a escasos centímetros.
—Cálmate, Anna. Estaba en el patio trasero, necesitaba paz para leer…
—Eso ni tu te lo crees… ahora dime la verdad. –Anna me estaba regañando mas de lo que lo hacían mis padres.
—Es verdad lo que te digo. Estaba leyendo y… ¡Mi libro! –grite desesperada. Había perdido el libro que me había regalado mi abuela, era su favorito.
—Jenn, ahora no. ¡Llegaremos tarde! Lo buscaras después… -sentencio Anna.
—Anna, ¡era el libro de mi abuela! –cada vez me exaltaba mas.
—De acuerdo, entonces ve búscalo. Inventare que te has retirado a tu casa porque te sentías mal…
—Gracias, gracias. Ahora me voy, ese libro vale oro…
Corrí de nuevo hacia la banca donde me había sentado hace unos momentos, y nada… Me preguntaba donde podía haberlo olvidado, pero hay que estar muy mal de la cabeza como para no recordar lo que había hecho unos minutos antes.
Si no me hubiese entretenido con Anna… No. No podía culpar a mi amiga. Se que es mi culpa por distraída, pero como no distraerse con… Como sea, tenia que dar con ese libro fuese como fuera.
Busque por todo el patio… nada. Busque incluso en la biblioteca… nada.
Quería empezar a llorar, ese libro ocupaba un lugar muy especial en mi corazón. Desee en ese momento no haber visto al chico. Decidí retirarme de ahí e ir al parque. Sin embargo paso lo inesperado… él se acercaba a mi.
Note que estaba empezando a ponerme nerviosa, asique baje la mirada e intente hacer como si no ocurriese nada.
—¿Eres Jenyfer? –me pregunto él con voz aterciopelada. E incluso me pudo sonar hasta seductora.
—Si, ¿hay algo en que pueda ayudarte? –soné muy segura de mi misma, la verdad era que, mi corazón latía tan rápido que llegue a pensar que se iba a salir.
—No realmente. Solo te quiero entregar algo… -saco de su mochila un libro. ¡Mi libro!
—¡Mi libro! –no podía soportar tanta felicidad, asique había gritado.
—Vi que te fuiste y lo dejaste olvidado…
—¡Vaya, muchas gracias en verdad!… emmm –trate de que sonara indiferente la indirecta de que quería saber su nombre.
—David, mi nombre es David. – con que así se llama, eh.
—En verdad, te lo agradezco. Sentí que iba a morir…
—No creo… al menos no ahora. –dijo entre dientes-. Debo irme, te veo después. –alzo un poco mas la voz, se volteo y se fue.
Sentí que mi vida había cambiado desde ahora… Exactamente, desde ayer.
Camine hacia donde tenía pensado ir. Honestamente, no pude pensar con claridad en todo el camino. Todo mi ser estaba emocionado, ahora sabia su nombre. David, no había nombre mas hermoso.
Creo que me había precipitado antes, Peter no era el chico mas guapo de todo el mundo. Ese era David, y no solo del mundo sino del universo entero.
Tuve miedo de cuán rápido podría cambiar de opinión. Pero era realmente extraño lo que sentía; ni el cabello castaño de Peter que alguna vez me había vuelto loca podía cambiar lo que sentía ahora.
La situación era difícil en este tema; los dos –Peter y David- tenían un cuerpo con músculos no tan voluptuosos, un cabello sensacional que podría volver loca a cualquier chica… Oh, oh. Ese si que era un problema mucho mayor: las chicas siempre están al asecho de chicos como ellos. Pero como dije, David era… especial.
Vagué por el gran parque de la ciudad, parecía una loca y la gente me veía como tal.
Increíblemente no me había cansado, hasta podría jurar que todo el tiempo había viajado en coche, y fue mas o menos así solo que en vez de un coche eran nubes. Así me sentía: como en las nubes.
Sentí que me había fallado, un descuido y ya estaba cayendo por dos chicos. Yo jamás me sentí así antes, y eso era otra de las cosas que me preocupaban con respecto a mi forma de ser y sentir.
No había sentido el peso de mi mochila hasta que decidí sentarme en una banca de fierro que estaba al final de un pequeño camino rodeado de flores, en el mismo parque. Estaba hecha una maraña de sentimientos, en este momento me sentía confundida.
Ya era hora de salida en la escuela, tenia que regresar. El tiempo paso tan rápido que ni siquiera lo había a provechado. Tan solo pensaba y pensaba en cosas que, muy en mi interior, sabia que no iban a ser posibles.
Tome un taxi, no me preocupaba llegar tarde a mi casa, de todos modos mis padres no se encontraban ahí. De hecho, podría tomarme un tiempo para volver a la preparatoria y ver si me encontraba “casualmente” con David.
Pensé rápido y bien, asique le dije al chofer que cambiara de dirección hacia la preparatoria. Ahora sí, no sabría lo que pasaría, mucho menos lo que le diría para no parecer tan obvia…
4 comentarios:
Holis ya lei todos!!!!
me gusta publica pronto!!!
AAA, me encanta la historia, en serio!!! cuando publiques no dudes en avisar!
Me gusta mucho la historia, y espero que le des tanto un enfoque romantico como familiar.
Ya me hice tu seguidora, voy a estar esperando a que publiques~
Jajajaja me encanto el:
>> senti que iba a morir
-No creo... al menos no ahora
Genial! :D
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