sábado, 4 de diciembre de 2010

Capitulo #7 "Henry"

Ya había anochecido. Yo estaba en mi cama repitiendo en mi mente cada momento que había pasado con David esta tarde. El cansancio me vencía, lo único que quería era dormir, había pasado casi todo el día con él. Y lo sé, tal vez lo había juzgado mal. O solo hoy tenia muy buen humor. Eso no lo sabia… Lo único de lo que si podía estar segura era que el día había estado increíble.
Tenía insomnio…

Afortunadamente mis padres estaban dormidos, asique decidí salir al patio trasero de mi gran casa.

Mi casa estaba “pegada” por la parte trasera de la de Henry, mi amigo. Bueno, no exactamente “pegada”, me refiero a que mi gran patio trasero estaba conectado con la misma barda de la del gran patio trasero de Henry.

Suponía que estaba despierto, pegado al ordenador.
Atravesé mi gran jardín, me cruce hacia al de Henry y cruce el de él. Llegue hasta la ventana de su habitación. Afuera de ésta había un gran árbol, el cual pasaba por encima de la altura de la ventana del cuarto.

—Pss… -chisté. Salió rápidamente de la habitación-. ¡Henry!

—¡Calla, te escucharan! –dijo casi en un susurro.

—De acuerdo… ¿Puedo pasar?

—Sube.

Escale por el árbol hasta arriba. Ya lo había hecho varias veces, de hecho, desde que era pequeña. Venia cada tarde antes del anochecer a jugar con él; nuestras madres eran grandes amigas. Son grandes amigas.

Traspase el marco de la ventana fácilmente.

—¿Qué haces aquí? –pregunto.

—No podía dormir, así que decidí venir a molestarte un rato.

—Eres una muy buena amiga, Jenn. –dijo con un poco de sarcasmo.

—Y ¿qué hacías? –entable conversación.

—Nada en especial, arreglaba algunas fotos. –dijo. Henry era de los chicos aficionados a la
manipulación de la fotografía. Admito que lo hacia bien, ya algunas veces había hecho una maravilla con mi nariz.

—Oh, algún día debes enseñarme a hacer eso. –sentencie.

—Seguro. Te vi… -comenzó.

—¿Me viste? –pregunte sorprendida. No imaginaba en donde me pudiese haber visto.

—Te vi con el chico nuevo. Desayunando.

—Ah, ya. –estaba nerviosa. Nunca me importaba lo que dijesen de mi, a menos que los comentarios fueran de parte de Anna o Henry. Ellos tenia derecho a juzgarme, los demás no. Eso pensaba.

—¿Qué hacías con él? No sabia que lo conocías…

—De hecho no. Hubo un desafortunado encuentro. Veras, se me perdió mi libro…

—Ajá. Jenn, conmigo no necesitas fingir. –el sospechaba algo.

—¿De qué hablas, Henry? –pregunte como si no supiese a que se refería.

—Vi como lo veías. Si él no lo noto, entonces si que es un tonto. Dijo muy seguro de lo que ¿confirmaba?

—¿Sabes?, siempre admiro lo observador y perceptivo que eres, es por eso que nunca te equivocas. Pero esta vez…

—¿Me equivoco? Dímelo a los ojos. –me estaba retando. Yo jamás les había mentido a Anna o a Henry. Sabían mi punto débil.

—No –dije resignada-. Me atrae, eso es todo.
Mi amigo con cabello castaño, un poco delgado –solo un poco-, me conocía muy bien. Me había casi acorralado para que dijera la verdad.

—Jenn, no diré nada. No te preocupes. –me aseguro.

—Henry, yo jamás es he mentido a Anna o a ti. Aun no se que haré para no decírselo a Anna. –dije preocupada.

—¡Al diablo con Anna! No le mentiras, tan solo no se lo comentarás.

—¿No es lo mismo? –pregunte confundida.

—No. Podría explicarte toda la noche el porqué es diferente, pero, tengo sueño. –bostezó.

—No me puedes hacer esto. Tengo un cansancio terrible pero tengo insomnio. ¡Debes ayudarme!

—Adiós, Jenn. –se acostó en su cama y se cobijó.

Yo no tenía ni una pizca de sueño. Mala suerte, debía irme de ahí.

—Duerme bien… -susurre.

Cruce el marco de la ventana tan ágil como lo había hecho antes; baje el árbol muy rápido.

Corrí hasta mi patio. Sentí que me observaban, un escalofrío recorrió mi piel. Yo, sin saber que hacer, empecé a ponerme nerviosa. Es mi hora, adiós mundo cruel, pensé.
Vi salir un figura humana de tras de un gran arbusto que mi madre había manado a plantar desde que yo era una bebe. Era David. ¡David!

—¡Me has metido un maldito susto! –dije fuerte. Él solo soltó una risa, la cual parecía ser música para mis oídos.

—Lo siento, olvidaste este pequeño collar en mi carro…

—¿Lo olvide? Se me callo, es diferente.

—Eso es más probable… -entrecerré los ojos.

No recordaba la pequeña cadena que traía siempre. Se me cayó en su carro y él se había preocupado por traerla… Eso era muy dulce de su parte; y extraño si lo pienso bien.

—Dime David, ¿por qué no esperaste hasta mañana?

—Jenn, tenemos una conexión ¿sabes? –claro que si.

—Mejor lárgate, tendré problemas.

—Que dura. Te recuerdo que ya los tendrás… mira a qué horas de la noche te fugas. –era muy cierto.

—Que no te importe, preocúpate por ti. —Dije y me fui hacia mi casa, exactamente a mi habitación.

—Sueña conmigo… -soltó en un tono un poco alto.

2 comentarios:

*Kuroneko* dijo...

David es todo un acosador XD. Nah, mentira, me gusta mucho el personaje, es todo una ternura :)
Quiero ver más, no te tardes en publicar!

Mary dijo...

*___* me encanta la personalidad d David, es todo un pícaro me encanta!!!, Henry mmm quien será? hablaras de el mas? Me encanta publica pronto por fisss