miércoles, 19 de octubre de 2011

Capitulo #19 "Orgullo y un callejón" (Parte 1)

Muy temprano en la mañana me levanté y fui a correr. Había decidido no ir a la escuela. Para ser sinceros: no me quería encontrar ni con David ni con Peter. Se me hizo fácil volarme este día de clases, mis padres seguramente ni se darían cuenta. A veces una también necesita días libres para pensar. A decir verdad, cada quien necesita unos días para pensar. Debería ser así algo como obligatorio. Pero el mundo no funciona así. La vida no funciona así. No es tan fácil escapar de las obligaciones, de las reglas… de todo aquello “civilizado”.

Dejé mis preocupaciones aun lado y empecé a correr más rápido. El dolor en mis pulmones por falta de aire se hacía más presente, pero me gustaba. Esa clase de dolor que dice “estoy viva”, definitivamente, me gustaba. El parque estaba solo, y me parecía aburrido quedarme solo corriendo alrededor del mismo, así que, me adentré calles más adentro. Aún era temprano, y tenía que disfrutar de la ausencia del sol.

A las calles les faltaba color, sin embargo, no me importaba. Las ventanas abiertas al menos daban un aviso de que había gente viva ahí.

Llegué hasta callejón el cual no tenía salida. Muy típico, pero ésta es la situación en la que sientes que algo va a salir mal…

Paré en seco de correr. Agitada y con la frente algo sudorosa retrocedí de donde estaba. No era buena idea jugar a los exploradores y ver que hay ahí. Sentí la presencia de alguien detrás de mí…

—Mmm, ¿buscando una muerte segura? —preguntó aquella voz que sin duda reconocía.

—No te importa… —respondí—, David deberías de irte por…

—No te enojes, no vengo contigo —. Detrás de él divisé a una chica. Já, hombres. Mi coraje llegó a su tope y casi explotaba cuando por suerte me di diez segundos para respirar.

—Ya veo —murmuré.

—¿Celosa?

—Por favor, ¿enserio crees eso? —dije casi gritando.

—No. No creo —dijo más calmado de lo que esperaba—. ¿Cómo es eso de que ahora te vuelas las clases? ¿Peter es una mala influencia? —dijo sarcásticamente. Odiaba ese tono en su voz. Odiaba, por ahora, todos los tonos de su voz… Y a pesar de eso, quería tenerlo aquí conmigo.

Me di la vuelta y me adentré al callejón. ¿Enserio buscaba morirme? ¿Y si David se iba y me dejaba aquí?

—¡Hey, debemos irnos lindo! —gritó la voz chillona de la chica rubia que estaba detrás de nosotros. Me dieron celos al verla, con esa mirada presumiendo a todas las personas que traía a su lado al chico más guapo del mundo. Tal vez si lo traía, pero no era suyo. Ella debería estar en los diecinueve o veinte, seguramente era de la universidad.

Volteé hacia él haciendo una seña para que se fuera.

—Molesta a otra gente, vete —le corrí. Por dentro me quemaba, lo sentía, las lágrimas estaban por salir. Lo acepto, David me gustaba tanto que dolía. Dolía verlo con una chica así de bonita que podía hacerlo feliz.

Se quedó callado, pensando.

—Tal… tal vez —se trabó. Era la primera vez que lo veía dudar ante algo—. Tal vez debería irme.

No es lo que esperé que saliera de sus labios. Lo que quiso decir se debió quedar enterrado, y entonces creo que pudo ser importante. Lo que sea. Tengo novio ahora.

—Si —respondí decidida.

Oí unos zapatos de tacón acercándose, corriendo hacia acá.

—David, vamos, el día es nuestro —dijo ella. Su voz era exasperante, o solo eran los celos.

Se giró a verla y luego a mí otra vez.

—Vamos, te llevaré a casa —me dijo. Casi me toma de la mano, pero lo esquivé.

—¡No!, vine sola, me voy sola. ¿Entendido? —dije con fiereza. Estaba cansada. Él creía que era una debilucha, si era cierto o no, eso solo me correspondía a mí decirlo o pensarlo.

Reconocía su expresión de cansancio. Me la había dado muchas veces.

La chica de atrás solo abrió sus ojos exageradamente, pensando si alguien como yo era capaz de hablarle así a alguien como él.

Con calma, David tomó mi mano y me sacó de ahí. La chica, muy enérgica por cierto, corrió detrás de nosotros. Mi cara tenía una expresión de completo terror. ¿Por qué lo hacía tan difícil? Lo único que le pedia era que me dejase irme sola. ¿Es tan grande el problema? Además, traía una chica consigo.

Vi su carro aparcado justo afuera del callejón. ¿Cómo no lo oí venir?

—¡David, solo déjala irse! —Gritó la chica—. ¡O si no, esto se termina!

—¿Acaso empezó? —dijo David de manera cruel a la pobre. Me enojé más. Logré soltarme de su agarre.

La chica se quedó ahí parada, soltando un motón de lágrimas. Mientras que yo me detenía a mirarla. Luego a David.

Casi lloraba también, pero por el orgullo de dos mujeres que estábamos aquí, no lo hice.

Sin saber qué hacer, tomé a la chica de la mano y logré pasar a David.

—Ya no me iré sola —dije. La chica se calmó y me intentó dar una sonrisa.

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De nuevo, gracias si se pasaron ayer a leer el capítulo 18. Sobre todo a Kuroneko y Vane.

Desde luego espero que les guste el cap., si tienen alguna sugerencia no olviden decírmelo.

Aquí empezaré a contestar los comentarios con respecto a la novela.
Kuroneko: Qué ruda eres con el pobre Peter!! xD

Vane: Yo también tengo varias expectativas sobre él, :P

2 comentarios:

*Kuroneko* dijo...

No soy ruda!! De hecho, quiero más a Peter que a David! David es un forro -.- Tooontoo, cómo vas a hacer eso? T^T
Buen caap~ aunque me dio ganas de matar a David. Algún día lo haré *risa malvada*
Bye, no tardés en publicar!!

Vane P Castro dijo...

Yu-hu! Amo a David. De verdad que lo hago.
Por cierto, sí te tengo una sugerencia. La letra es un poco chica y me exaspera tener que leer algo tan minúsculo. Sería grandioso si cambiaras el tamaño de la fuente.
Besos.