miércoles, 4 de abril de 2012

Capitulo #20 "Que el cielo me ayude"

—Egoísta —dije antes de salir del auto.

—¿Egoísta? ¿Cómo puedes decir eso cuando nos besamos de esa manera? ¡Diablos, Jenyfer, no te entiendo! ¡En nada!

En un pestañeo David ya estaba frente a mí. Ahora se suponía que él no me entendía. Qué absurdo porque creí que era al revés.

Veía como su expresión era seria pero no confundida. Si él creía que iba a recibir sus besos o cumplidos de manera fácil, estaba equivocado. No me estaba poniendo difícil, pero tenía que tener un poco de más orgullo.

—Se supone que no debes besar a una chica que ya tiene novio… No es correcto —dije.

—Tú también me besaste —me recordó. Lo odiaba por no ser condescendiente conmigo. Jamás había hecho algo que me agradara. Aunque tenía que admitir que no era grosero, al menos no conmigo. Siempre era distante, pero luego… luego me besaba. ¿Entonces cuál es la relación que tenemos?

Debía mantener mis sentidos bien abiertos. Debía pensar en qué contestarle. Porque aunque fuera sencillo, mi cerebro no funcionaba del todo bien con David cerca. Pero aun así, no es correcto tener este tipo de sensaciones cuando sé que Peter está ahí. Para mí.

—David —dije—, no puedes hacerme esto. Tengo novio al cual quiero serle fiel ¿entiendes?

David me miró confundido. No sé si se estaría burlando de mí por hacerme parecer una santa. En realidad no me importaba mucho, tenía que cuidar mis sentimientos. Al final, las heridas del corazón y del alma son las que más duelen.

Empecé a caminar sola mientras rogaba al cielo porque David no me siguiera.

Escuché que alguien gritaba mi nombre a lo lejos. Volteé en todas direcciones y vi a Henry. ¡Gracias al cielo!

—¡Jenn! —gritó Henry más cerca de donde yo estaba. Por un lado me sentía aliviada de que llegara mi salvador pero por otro, no quería que me viera con David y verme enredada en una serie de preguntas sobre “por qué” ó “cómo”.

—¿Qué haces por aquí Henry? —pregunté intentando no sonar nerviosa.

—Hmm, no eres a la única que le gusta este parque… pero, esa no es la pregunta en sí y lo sabes —. Miró con disimulo a David.

—Ya lo sé, y no quiero preguntas… —rogué.

—Bien…

—¡Hey, Henry! —interrumpió David. ¡Él y su gran boca!

—Hmm, hola —saludó tímidamente Henry. Creo que a Henry nunca le va a terminar de agradar David. O creo que nadie… Siempre fue muy protector con Anna y conmigo.

—¿Qué haces por aquí? —preguntó David.

—Lo usual, caminar —dio una sonrisa tímida.

—Supongo. ¿Sabes?, justo antes iba a acompañar a Jenyfer a su casa pero es tan testaruda. Le podría pasar algo.

¿A qué venia todo eso? ¿Le preocupaba?

¿Por qué me siento como una niña pequeña a la que su mamá le pasa el chisme a su papá por desobedecerla?

—He caminado por este parque miles de veces —me defendí.

—Bueno, ya. Yo la acompañaré desde aquí, David. No te preocupes —empezó a calmar la situación Henry. Hasta había sonado muy seguro de si mismo.

Henry dio un pequeño adiós con su mano hacia David y me tomó del brazo para que empezáramos a caminar. Pensaba en voltear y ver la cara de David, pero sabía lo que Henry diría.

—Jenyfer, o es David o es Peter…

Desde ahí seguimos el camino a casa en silencio. Me puso a pensar. Hasta mi amigo sabía que yo estaba confundida.

Nada cobraba sentido cuando estaba con David. Es como si fuéramos solo él y yo. Y estaba mal. Muy mal. ¡¿Por qué no terminé con Peter?! Sería más fácil pensar si supiera que, hiciera lo que hiciese, no estaba traicionando a Peter.

La puerta de mi casa parecía casi desconocida.

Ni siquiera me despedí de Henry, él sabía que cuando pensaba, yo estaba como en un estado de shock. Eso solo pasaba cuando de verdad pensaba…

Abrí la puerta y entré.

Me dejé caer en el sillón.

¿Por qué tenía que ser una casa tan grande y vacía?

Mi vida, la que no era emocionante, se estaba convirtiendo en una montaña rusa.

Me quedé dormida.

Escuché gritos.

No de debilidad. Sino de furia.

Sentí el dolor de mis pies y los miré, de pronto me di cuenta de que estaba
descalza en una especie de campo.

A lo lejos podía divisar tumbas.

—¡Jenyfer! —gritaron. Reconocía la voz de algún lado.

Mientras yo seguía corriendo, la voz me volvía a llamar. Sabía que me iba a alcanzar. Sabía que esta noche iba a morir. Mis fuerzas se estaban esfumando. Presentí que mis pies estarían sangrando pero para qué verlos si me iba a desmayar en cuanto mis sospechas fueran ciertas.

¿Qué estaba haciendo yo aquí?

¿A qué hora me levanté y empecé a correr hacia unas tumbas?

Algo se posó delante de mí. Podía reconocer el perfume…

David.

_____

Gracias a Kuroneko, Nadia y Annalie por animarme. Ustedes, chicas, me dan en serio las ganas de seguir. :)

Espero que les guste…

3 comentarios:

Laly Michelle dijo...

Me encanta, gracias por publicar!! quiero saber mas de la historia y de David que me encanta!!!

Besos & de verdad sigue escribiendo que nada te quite los animos!!

*Kuroneko* dijo...

Ahhh, David, sos desesperante! Lo juro. Ya no sé si quererlo u odiarlo, creo que me estoy tirando por la segunda XD. Lindo cap c:
Y no necesitás agradecernos, todo un placer comentar y animarte! :3

Anónimo dijo...

GRACIAS! En serio, gracias por volver. Esta historia es tan.... no se ni siquiera que decir pero te digo que me encanta. No la abandones de nuevo.